29 VI 2008 29 VI 2009 GUIÓN Antonio Rodríguez Carmona MONTAJE

29/VI/2008 – 29/VI/2009 GUIÓN: Antonio Rodríguez Carmona MONTAJE: Antonio García Polo MÚSICA: J. S. Bach

* Estructura general de la carta: I) Exordio (1, 1 -17) II) Cuerpo A. Primera parte: doctrinal (1, 18 -11, 36) 1. La justificación por la fe para todos (1, 18 -4, 24) 2. Naturaleza de la justificación-salvación (5 -8). Explica en qué consiste aquí y ahora el don que se ha recibido por la fe: salvados en esperanza. Ahora tenemos paz con Dios, en el futuro seremos plenamente salvados 3. La justificación y la incredulidad judía: (9 -11). La incredulidad actual del pueblo judío ¿no contradice la fidelidad de Dios a sus promesas? ¿Vale la pena esperar, fiándose de Dios? Pablo ofrece varias pistas sobre esta incredulidad. B. Segunda parte: parenética (12, 1 -15, 13) 1. Sacrificio espiritual: 2. Un caso particular entre cristianos: fuertes y débiles en la fe (14, 1 -15, 13) III) Conclusión (15, 14 -16, 27)

* Ya hemos visto el exordio, * hemos comenzado el Cuerpo y la parte doctrinal leyendo la PRIMERA sección y la SEGUNDA, en la que Pablo explica la naturaleza de la justificación ya recibida: estamos salvados en esperanza y esta esperanza está garantizada por el Padre, el Hijo y el Espíritu. * Ahora continuamos con la TERCERA SECCIÓN. En ella Pablo aborda el problema de la incredulidad judía: capítulos 9 -11

* El problema de la incredulidad judía preocupó mucho a la Iglesia primitiva. Pablo acaba de afirmar que estamos salvados en esperanza y que ésta no puede fallar. Pero el lector de Pablo puede tener sus dudas al considerar la incredulidad de la mayor parte del pueblo judío. ¿Por qué esta incredulidad, si Dios prometió a este pueblo la salvación? ¿Cómo es que Dios no ha cumplido sus promesas? ¿Realmente puede uno fiarse de las promesas de Dios?

* Para entender la respuesta de Pablo hay que observar: 1) En el capítulo 9 subraya la libertad, la gratuidad y el poder de Dios. La salvación es un regalo de Dios, que es soberanamente libre y poderoso para realizarla del modo que determine. Esto es verdad, pero no excluye la libertad y responsabilidad humanas, que acepta colaborar o no con la obra de Dios

2) Pablo atribuye a Dios las causas segundas para resaltar el dominio de Dios. Si llueve, a veces decimos “Dios nos ha mandado la lluvia”. Realmente la lluvia es efecto de unas causas atmosféricas (= causa segunda), pero se puede atribuir a Dios (= causa primera) en cuanto que todo depende de él y lo permite. El procedimiento es frecuente en la Biblia, pero crea dificultades al lector occidental. Pablo, para resaltar el protagonismo poderoso de Dios, le atribuye hechos que realmente han tenido una causa humana histórica, por ejemplo, la incredulidad del faraón que no ha dejado salir al pueblo judío. El faraón lo haría por motivos económicos y políticos, pero la Biblia lo atribuye a Dios que “lo endureció”. Igualmente Dios “endureció” al pueblo judío, pero por otra parte Pablo afirma que Israel es culpable porque se negó a recibir la salvación por el camino dispuesto por Dios

3) Principios teológicos de la solución de Pablo: a) La salvación, objeto de la promesa hecha por Dios, pertenece a una línea espiritual, de fe, gratuita, no a una línea carnal. Dios es libérrimo en sus iniciativas salvíficas. Por este camino no quisieron entrar los judíos. Poner condiciones a la salvación, que es un regalo gratuito, es rechazarla. b) Dios, dueño de la historia salvífica, todo lo ordena al bien, incluso las acciones de los instrumentos indóciles (cf el faraón, el pueblo judío). Por eso la infidelidad del Israel carnal (que no es total ni definitiva) está ordenada a la conversión de los gentiles. Finalmente el Israel carnal también se convertirá. c) Dios es fiel y hay que esperar en él. Hizo una promesa de salvación al Israel “espiritual” y la ha cumplido en la Iglesia judeocristiana (“el resto”) en la que se han integrado los gentiles. El resultado es la Iglesia actual. Pero incluso la cumplirá en el Israel “carnal”, el pueblo judío actual, que se convertirá.

* Contenido. Pablo afronta el problema en tres pasos: a) La infidelidad de Israel vista desde Dios, causa primera: no contradice al modo cómo Dios dirige la historia de la salvación: libertad y gratuidad (capítulo 9) b) b) La infidelidad vista desde Israel: es responsable de esta situación (capítulo 10) c) c) Precisiones: esta situación es parcial y provisional, redundando por otra parte en bien de los gentiles (capitulo 11)

A. La infidelidad desde Dios (9). La infidelidad de Israel no contradice al modo cómo Dios dirige la Historia de la salvación. * Introducción (9, 1 -5): Tristeza de Pablo por la incredulidad de Israel, a pesar de sus privilegios. Digo la verdad en Cristo, no miento. . . siento una gran tristeza y un dolor incesante en el corazón, pues desearía ser yo mismo anatema, separado de Cristo, por mis hermanos, los de mi raza según la carne, los israelitas, de los cuales es la adopción filial. . . las promesas, y los patriarcas; de los cuales también procede Cristo según la carne, el cual está por encima de todas las cosas, Dios bendito por los siglos. Amén (1 -5).

* Libertad de Dios en la Historia de la salvación. La salvación es un regalo que Dios da libremente. El hombre no la puede exigir ni poner condiciones. Ahora bien, el camino que ha dispuesto es una promesa dirigida al Israel espiritual, no al carnal. Esto aparece claro en la misma historia del pueblo judío, en la que se puede comprobar que Dios no se ata a la carne y siempre se mantiene libre en su donación gratuita. Elije a Isaac, el hijo de la promesa, no a Ismael, el primogénito y heredero según la carne; igualmente a Jacob, no a Esaú, que fue el primogénito y heredero según los derechos humanos. Pablo expone la idea con varias citas bíblicas, tomadas de la Torá y los Profetas: 9, 6 -15: No es que haya fallado la palabra de Dios. Pues no todos los descendientes de Israel son Israel, ni por ser descendientes de Abraham, son todos hijos, sino que « por Isaac llevará tu nombre una descendencia » ; es decir: no son hijos de Dios los hijos según la carne, sino que los hijos de la promesa se cuentan como descendencia. . . (6 -8)

* Justicia, libertad y gratuidad de Dios (9, 14 -18) El oyente podría replicar: este modo de proceder es injusto. Pablo lo niega, partiendo del principio de la libertad y gratuidad de la obra de Dios: la acción de Dios no es injusta, porque es gratuita y libre, aunque no arbitraria ni caprichosa, ya que se ordena a un fin bueno: la salvación de toda la humanidad. Comienza con una objeción, resuelta con dos ejemplos: + Objeción: ¿Qué diremos, pues? ¿Que hay injusticia en Dios? ¡No! (9, 14) + Primer ejemplo: después de la adoración del becerro de ejemplo oro, Moisés pide a Dios que perdone al pueblo y Dios le responde diciéndole que oye su petición libremente y perdona por misericordia: 9, 15 Porque a Moisés dice: "Tengo misericordia de quien quiero tener misericordia y me apiado de quien me quiero apiadar“ (Ex 33, 19) (15)

+ Conclusión del ejemplo: la última razón de toda intervención de Dios es su misericordia. Pablo no trata ni excluye otras razones que no son últimas, como la cooperación humana: 9, 16 Por consiguiente no es obra del que quiere o del que corre, sino de Dios que tiene misericordia (16). + Sigue el 2º ejemplo (9, 17): Dios elige al faraón con una doble finalidad. La primera es manifestar su poder a causa de su indocilidad (cf plagas y paso del Mar Rojo). La segunda tiene un alcance mayor: que su nombre sea reconocido y alabado en toda la tierra, es decir, la salvación universal. En este caso concreto, la actuación divina hizo posible la existencia de un pueblo del que salió el Mesías que trajo la salvación a toda la tierra. El texto no trata de la predestinación al pecado o a la gracia, sino que afirma que Dios se sirve de acciones negativas del hombre para fines buenos Porque dice 1 a Escritura “Te he exaltado para que se manifestase en ti mi poder, para que se anunciase mi nombre en toda la tierra” (17)

+ Conclusión de los dos ejemplos: (9, 18) ejemplos Así, pues, tiene misericordia de quien quiere (Moisés) y a quien quiere endurece (al faraón; se subraya la causalidad divina, compatible con la libertad y responsabilidad del hombre. No confundir este endurecimiento del faraón ante un hecho histórico determinado con su condenación eterna; actuaría defendiendo los intereses de su país).

* Aplicación del principio a Israel y los gentiles (9, 19 -24). + Introducción (9, 19 -21) - Comienza con una posible objeción: (19) Me dirás entonces ¿a qué se querella todavía? ¿Quién resiste, en efecto, a su voluntad? - Pablo considera esta objeción insolente y responde llamando al orden con un principio general y una parábola: - Principio general: (9, 20) ¡Oh hombre! ¿Quién eres tú para pedir cuentas a Dios? - Parábola: igual que el alfarero, Dios tiene libertad en su acción. Se trata de una comparación usada en el AT para designar la absoluta libertad de Dios para salvar. El hombre debe reconocer la soberana libertad de Dios en su plan salvador (9, 21): ¿Acaso puede el objeto modelado decir al que lo modeló? : ¿Por qué me hiciste así? o es que el alfarero no tiene poder sobre el barro para hacer de una misma masa vasos para usos nobles y vasos para usos viles (21)

+ Aplicación. Después de esta introducción, comienza la aplicación a Israel y la Iglesia del principio expuesto en 9, 17 s: al igual que el endurecimiento del faraón se ordena a la salvación de Israel e indirectamente a la salvación de todo el género humano, correlativamente el endurecimiento actual de Israel se ordena a la salvación de toda la humanidad e indirectamente a su propia salvación. Pablo expone la idea a modo de hipótesis, preguntando: ¿qué tenemos que objetar si Dios, mientras tiene paciencia con Israel, pecador y digno de castigo, muestra su misericordia con los gentiles? (9, 22 -23) Si, pues, Dios queriendo mostrar su ira y dar a conocer su poder, soportó con mucha paciencia vasos de ira dispuestos a la condenación (y) para dar a conocer las riquezas de su gloria sobre los vasos de misericordia que preparó para la gloria, esto es, sobre nosotros, que El llamó, no sólo de entre los judíos sino de entre los gentiles. . .

La hipótesis queda en suspenso. Hay que suplir: ¿qué hay que decir? O sea, siendo Dios libre y justo ¿qué tenemos que decir si adopta este modo de obrar: soporta con mucha paciencia en orden a la salvación a los que son dignos de su ira (Israel carnal) hasta el punto de que están listos para la condenación eterna, queriendo manifestar así su ira con castigos medicinales, los cuales muestran a la vez su poder; y por otra parte, para manifestar su poder salvador sobre los que se compadece, los gentiles?

* La vocación de los gentiles y la infidelidad de Israel predichas en el AT (9. 25 -33). + Para los gentiles cita Os 2, 21 y 2, 1: 9, 25 -26 Como dice también en Oseas: Llamaré pueblo mío al que no es mi pueblo: y amada mía a la que no es mi amada. Y en el lugar mismo en que se les dijo: No sois mi pueblo, serán llamados: Hijos de Dios vivo (25 -26). + Para el caso de la incredulidad de Israel cita Is 10, 22 s y 1, 9: la misericordia de Dios no permitirá la total desaparición del pueblo: 9, 27 -29. Isaías también clama en favor de Israel: Aunque los hijos de Israel fueran numerosos como las arenas del mar, sólo el resto será salvo. Porque pronta y perfectamente cumplirá el Señor su palabra sobre la tierra. Y como predijo Isaías: Si el Señor de los ejércitos no nos dejara una descendencia, como Sodoma hubiéramos venido a ser, y semejantes a Gomorra (27 -29).

+ Concluyendo y anunciando el capítulo siguiente, alude directamente a la culpa de Israel: es culpable por rechazar el camino de la salvación querido por Dios, el camino de la fe: 9, 30 -33 ¿Qué diremos, pues? Que los gentiles, los que no andaban tras la justicia, alcanzaron la justicia, pero la justicia nace de la fe; en cambio, Israel, que corría tras una Ley de justicia, no dio alcance a esa Ley. ¿Por qué? Porque no quería justicia nacida de la fe, sino como si fuera fruto de las obras. Tropezaron en la piedra de tropiezo, como está escrito: Mirad, pongo en Sión piedra de tropiezo y peña de escándalo y quien creyere en él no quedará confundido (Is 28, 16 y 8, 14). (30 -33)

B. La incredulidad desde Israel: es responsable porque libremente no quiso aceptar la oferta de Dios (10). Israel es responsable de su situación infiel, pues conoció la oferta salvadora de Dios, puso condiciones y no la aceptó. * Introducción: Pablo desea la conversión de sus paisanos y ora por ello. Tienen celo religioso, pero falso, porque no está de acuerdo con la voluntad de Dios: 10, 1 -2 Hermanos, el anhelo de mi corazón y mi oración a Dios en favor de ellos es que se salven. Testifico en su favor que tienen celo de Dios, pero no conforme a un pleno conocimiento. (1 -2)

* Los judíos no reconocieron la justicia de Dios porque se empeñaron en seguir la propia. Se empeñaron en establecer y mantener su camino salvador: salvarse por sus méritos por medio de las obras de la Ley, y rechazaron el camino de Dios: fe en Cristo, que es la meta a la que conduce todo la Ley: 10, 3 -4 Pues desconociendo la justicia de Dios y empeñándose en establecer la suya propia, no se sometieron a la justicia de Dios. Porque el fin de la Ley es Cristo, para justificación de todo creyente (3 -4).

* Ambos caminos están predichos por Moisés (10, 5 -13) y, por tanto, lo pudieron conocer los judíos. + Moisés dio a conocer el camino de la Ley: la salvación como paga por cumplir leyes cf Lv 18, 5. Pablo lo cita fuera de contexto y lo aplica al intento de cumplir leyes con las solas fuerzas, sin la gracia de Cristo: 10, 5 En efecto, Moisés escribe acerca de la justicia que nace de la ley: Quien la cumpla, vivirá por ella.

+ Dio a conocer también el camino de la gracia y la fe. Cita Dt 30, 12. 13. 14 donde se dice que no hay que subir al cielo ni bajar al infierno para conocer la voluntad de Dios, pues está muy cerca, ya que Dios la ha manifestado en su Ley. Igualmente está presente muy cerca, en la predicación apostólica, la salvación que Dios ofrece, fruto de la muerte y resurrección de Jesús, que “bajó” y “subió”: 10, 6 -8 Mas la justicia que viene de la fe dice así: No digas en tu corazón ¿quién subirá al cielo? , es decir, para hacer bajar a Cristo; o bien: ¿quién bajará al abismo? , es decir, para hacer subir a Cristo de entre los muertos. Entonces, ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra: en tu boca y en tu corazón, es decir, la palabra de la fe que nosotros proclamamos (6 -8).

* El credo que Pablo proclama: 10, 9 Porque, si confiesas con tu boca que Jesús es Señor y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo (9). * Lo explica: 10, 10 -13 Pues con el corazón se cree para conseguir la justicia, y con la boca se confiesa para conseguir la salvación. Porque dice la Escritura: “Todo el que crea en él no será confundido (Is 28, 16)”. Que no hay distinción entre judío y griego, pues uno mismo es el Señor de todos, rico para todos los que le invocan. Pues “todo el que invoque el nombre del Señor se salvará (Jl 2, 32)” (10 -13). * Consecuencias: la salvación se contiene en el mensaje apostólico, de forma que todo el que lo acepta e invoca al Señor se salva. Ahora bien, invocar implica haber creído y esto haber oído al mensajero, y esto haber sido enviado: 10, 14 -17 Pero ¿cómo invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Cómo creerán en aquel a quien no han oído? ¿Cómo oirán sin que se les predique? Y ¿cómo predicarán si no son enviados? . . . Por tanto, la fe viene de la predicación, y la predicación, por la Palabra de Cristo (14 -15. 17).

* Estas condiciones se han cumplido en el pueblo judío, que ha oído, ha entendido, pero ha rechazado el mensaje: 10, 18 -22 + Han oído: Y pregunto yo: ¿Es que no han oído? ¡Cierto que sí! “Por toda la tierra se ha difundido su voz y hasta los confines de la tierra sus palabras” (cf Sal 18, 5) (10, 18). + Han entendido, pero han sido indóciles, como en tiempos de Moisés e Isaías. Citando Dt 32, 21, afirma que si han entendido los gentiles, los “sin entendimiento”, mucho más Israel. Así se cumple Is 65, 1 -2, que anuncia que Dios ha sido encontrado por los que no buscaban (gentiles): 10, 19 -22 Pero pregunto: ¿Es que Israel no comprendió? Moisés es el primero en decir: Os volveré celosos de una que no es nación; contra una nación sin entendimiento os enfureceré. Isaías, a su vez, se atreve a decir: Fui hallado de quienes no me buscaban; me manifesté a quienes no preguntaban por mí. Mas a Israel dice: Todo el día extendí mis manos hacia un pueblo incrédulo y rebelde (19 -22).

C. Matizaciones a la incredulidad de israel (Rom 11) Después de explicar que Dios es libre para dar sus dones y que ha sido fiel porque prometió la salvación al Israel “espiritual”, no al “carnal” (cap 9), y que además el Israel carnal es culpable de esta situación porque ha rechazado el camino salvador dispuesto por Dios (cap 10), continúa Pablo matizando estas afirmaciones: ni todo Israel ha sido incrédulo si será incrédulo para siempre, pues al final también se convertirá (cap 11).

* La infidelidad de Israel no afecta a todos: 11, 1 -10 + Dios no ha rechazado definitivamente a su pueblo, como testimonia la misma persona de Pablo: 11, 1 -2 a Y pregunto yo: ¿Es que ha rechazado Dios a su pueblo? ¡De ningún modo! ¡Que también yo soy israelita, del linaje de Abraham, de la tribu de Benjamín! Dios no ha rechazado a su pueblo, en quien de antemano puso sus ojos (1 -2 a). + Igual que en tiempos de Elías, también ahora Dios se ha reservado un “resto” (la comunidad judeocristiana) por gracia: 11, 2 b-6 ¿O es que ignoráis lo que dice la Escritura acerca de Elías, cómo se queja ante Dios contra Israel? “¡Señor!, han dado muerte a tus profetas; han derribado tus altares; y he quedado yo solo y acechan contra mi vida”. Y ¿qué le responde el oráculo divino? “Me he reservado 7. 000 hombres que no han doblado la rodilla ante Baal” (1 Re 19, 9 -18). Pues bien, del mismo modo, también en el tiempo presente subsiste un resto elegido por gracia. Y, si es por gracia, ya no lo es por las obras; de otro modo, la gracia no sería ya gracia.

+ Explicación: Israel no ha aceptado el Mesías que buscaba, sólo lo ha recibido un “resto”, la comunidad judeocristiana, de acuerdo con la Escritura cf Is 29, 10; Dt 29, 4; Sal 69, 22 -23; 35, 8: 11, 7 -10 Entonces, ¿qué? Que Israel no consiguió lo que buscaba; mientras lo consiguieron los elegidos. Los demás se endurecieron, como dice la Escritura: Dioles Dios un espíritu de embotamiento: ojos para no ver y oídos para no oír, hasta el día de hoy. . . (7 -8)

* La incredulidad no es definitiva: 11, 11 -24 + La incredulidad judía no es definitiva: Y pregunto yo: ¿Es que han tropezado para quedar caídos? ¡De ningún modo! (11, 11 a) + Pablo encuentra un sentido a esta incredulidad: Dios se sirve ahora de ella para la conversión de los gentiles (Pablo alude a la historia: los judíos rechazan a los apóstoles y éstos se dedican a los gentiles); esto provoca celos a los judíos, que les pueden llevar a la conversión; por eso Pablo predica a los gentiles, esperando aumentar estos celos que los pueden convertir: 11, 11 b-15 Sino que su caída ha traído la salvación a los gentiles, para llenarlos de celos. Y, si su caída ha sido una riqueza para el mundo, y su mengua, riqueza para los gentiles ¡qué no será su plenitud! Os digo, pues, a vosotros, los gentiles: Por ser yo verdaderamente apóstol de los gentiles, hago honor a mi ministerio, pero es con la esperanza de despertar celos en los de mi raza y salvar a alguno de ellos. . . (11 b-14)

+ Sigue matizando la incredulidad presente: no significa que Dios haya dejado de amarlos. Los ama a causa de los patriarcas: Y si las primicias son santas, también la masa; y si la raíz es santa también las ramas (11, 16). + Tampoco tiene que ser motivo de orgullo para los gentiles: han sido desgajados del árbol de la salvación por rechazar el camino de la fe. Lo mismo pasará a los gentiles cristianos si rechazan la fe. Por lo demás, en el momento en que vuelvan al camino de la fe, Dios los puede reintegrar al árbol: 11, 16 -24 Que si algunas ramas fueron desgajadas, mientras tú - olivo silvestre fuiste injertado entre ellas, hecho participe con ellas de la raíz y de la savia del olivo, no te engrías contra las ramas. Y si te engríes, sábete que no eres tú quien sostiene la raíz, sino la raíz que te sostiene. Pero dirás: Las ramas fueron desgajadas para que yo fuera injertado. . . (17 -19 a)

¡Muy bien! Por su incredulidad fueron desgajadas, mientras tú, por la fe te mantienes. ¡No te engrías!; más bien, teme. Que si Dios no perdonó a las ramas naturales, no sea que tampoco a ti te perdone. Así pues, considera la bondad y la severidad de Dios: severidad con los que cayeron, bondad contigo, si es que te mantienes en la bondad; que si no, también tú serás desgajado. En cuanto a ellos, si no se obstinan en la incredulidad, serán injertados; que poderoso es Dios para injertarlos de nuevo. Porque si tú fuiste cortado del olivo silvestre que eras por naturaleza, para ser injertado contra tu natural en un olivo cultivado, ¡con cuánta más razón ellos, según su naturaleza, serán injertados en su propio olivo! (16 -24)

* El misterio de la conversión de Israel: 11, 25 -29 + Introducción: Dios tiene un plan de salvación (misterio) que Pablo va a dar a conocer para evitar que los gentiles cristianos presuman, es decir, que se engrían y desprecien a los judíos: Pues no quiero que ignoréis, hermanos, este misterio, no sea que presumáis de sabios: (11, 25ª) + Contenido del misterio: el endurecimiento parcial que sobrevino a Israel durará hasta que entre la totalidad de los gentiles, y así, todo Israel será salvo, como dice la Escritura: Vendrá de Sión el Libertador; alejará de Jacob las impiedades. Y esta será mi Alianza con ellos, cuando haya borrado sus pecados (cf Is 59, 20 s) (11, 25 b-27).

+ Razón de la conversión: la irrevocable fidelidad de Dios. Es verdad que ahora, por su actitud ante el evangelio, son objeto de la ira de Dios, hecho del que se benefician los gentiles, pero, en cuanto que son el pueblo elegido, son amados por Dios en atención a los patriarcas, a los que amó de tal manera que por ellos ama a sus descendientes; porque los dones gratuitos y la vocación de Dios son irrevocables: 11, 28 -29: En cuanto al Evangelio, son enemigos para vuestro bien; pero en cuanto a la elección amados en atención a sus padres. Que los dones y la vocación de Dios son irrevocables (27 -29).

* Teología de la historia, síntesis de toda la sección: Puesto que la salvación sólo se recibe por la fe, que implica conciencia de la propia pobreza y debilidad, Dios se sirve del pecado para que el hombre tome conciencia de su pobreza y así se facilita el camino de la fe. Los gentiles se convierten ahora por esta conciencia de pobreza y por el rechazo judío. Esta misma conciencia de pobreza y el celo por la conversión de los gentiles también influirán en la futura conversión de Israel: 11, 30 -32 En efecto, así como vosotros fuisteis en otro tiempo rebeldes contra Dios, mas al presente habéis conseguido misericordia a causa de su rebeldía, así también, ellos al presente se han rebelado con ocasión de la misericordia otorgada a vosotros, a fin de que también ellos consigan ahora misericordia. Pues Dios encerró a todos los hombres en la rebeldía para usar con todos ellos de misericordia (30 -32).

* Exaltación del plan salvífico de Dios: Después de exponer el plan salvador de Dios, termina Pablo prorrumpiendo en una alabanza de la sabiduría divina: 11, 33 -3 ¡Oh abismo de la riqueza, de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus designios e inescrutables sus caminos! En efecto, ¿quién conoció el pensamiento de Señor? O ¿quién fue su consejero? O ¿quién le dio primero que tenga derecho a la recompensa? Porque de él, por él y para él son todas las cosas. ¡A él la gloria por los siglos! Amén. (33 -36) Continuará